@ManceraMiguelMX fue un buen comunicador y un mal procurador.

El pasado sábado quedó en libertad una persona a quien conozco desde que tenía 8 años de edad. Lo identificaré como B. Dejó el reclusorio oriente tras siete meses de estar privado injustamente de su libertad. Lo acusaron de tentativa de robo con violencia y en pandilla.

Los elementos de la acusación eran risibles. Absolutamente risibles.

Pero al Fiscal en Coyoacán eso no le importó. Por el conocimiento profesional y personal que yo tenía con el Fiscal, éste reconoció ante mí que no podía hacer nada, que un juez de apellido «Ruvalcaba» había hablado con el Procurador para exigirle que consignara a B. Alegó el juez Ruvalcaba que la víctima del supuesto asalto (en tentativa) era su compadre.

Siendo así las cosas, la detención con la sola imputación de las supuestas víctimas quedó sellada con una consignación al reclusorio oriente y, eventualmente, se turnó a un juez con sede en ese reclusorio. Sí, lo imaginó perfectamente bien, se turnó al Juez Ruvalcaba.

Todas las etapas del enjuiciamiento penal son importantes; pero por los principios y prácticas que rigen la actuación de los jueces, la «pre-instrucción», el periodo en que apenas es puesto el inculpado ante la potestad del juez y hasta que éste decide si abre un proceso o no (auto de sujeción de proceso) es probablemente la de mayor importancia.

Pues en esa etapa procedimental se impidió a los abogados que participaban en la defensa de los inculpados, siquiera comparecer a aceptar el cargo de defensores particulares, siguiéndose así el juicio -en esa parte- con el defensor público, quien -efectivamente- no ofreció prueba alguna a favor de los inculpados.

Siete meses tardó el proceso y ya se dictó una sentencia absolutoria. La acusación de asalto con pistola no se probó porque nunca hubo arma de fuego y los inculpados fueron detenidos sin armas; la acusación de pandilla no se probó porque al momento de la detención sólo iban B y un amigo suyo, siendo que el propio policía que hizo la detención afirmó que sólo había dos personas en el vehículo.

En los periódicos la nota se publicó en la sección de «justicia» como un gran logro de la policía y del ministerio público en Coyoacán. Una estrelllita más para el entonces Procurador.

Y como esas las hay miles: la alumna de la UNAM, presunto culpable, B … son solo algunos casos de los muchos que existen con los que se fabricó una imagen de superprocurador a quien realmente construía una imagen vendible para alcanzar una postulación a un cargo de elección popular.

Josué y Blanca Estela son casos que comentaré en otra ocasión.

Acerca de Pablo Enrique Reyes Reyes

Abogado | Articulista | Académico Abogado y profesor de la Ibero | Maestría en Universidad de Oxford | Doctorante en la Escuela Libre de Derecho | Premiado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación | Premio ProBono de la Barra Mexicana, Colegio de Abogados | Escribo en Reforma | Trato de vivir con amor, honor y humor.
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